
Cerámica dental: la pequeña historia de un gran descubrimiento
¿Alguna vez se ha preguntado desde cuándo se trabaja con cerámica en el campo de la prótesis dental? ¿Cuáles han sido las grandes innovaciones en la historia de la cerámica? ¿Y por qué existen distintos tipos de cerámica (sobre y sin metal)? Entérese de cómo ha evolucionado la cerámica dental desde sus inicios y hacia dónde apuntan las tendencias futuras.
La historia de la cerámica dental se remonta al siglo XIX. En distintos momentos, se han desarrollado y establecido las cerámicas dentales que hoy constituyen la norma, como las cerámicas sobre estructura metálica y las cerámicas sin metal, la cerámica de capas y la cerámica inyectada y las cerámicas de mecanizado analógico y digital.
Años 50 y 60: los comienzos
Las primeras cerámicas comerciales no se aplicaban sobre estructuras metálicas y se fabricaban para las clásicas fundas. Durante la década de los 60, finalmente llegaron al mercado las metalocerámicas. Dado que su espectro de color era simple, estas cerámicas ofrecían un rango limitado de posibilidades. Inicialmente, el interés residía en obtener una unión segura entre el metal y la cerámica.
Años 70: mejora de los materiales
Desde los años 70, se hace hincapié en diseñar restauraciones más naturales y, con ello, más individualizadas. Llegó al mercado una mayor variedad de colores para la caracterización. Unos esquemas de estratificación especiales fomentaban las aplicaciones selectivas. La industria ofrecía una mayor variedad de dimensiones para las capas. El objetivo era imitar la naturaleza lo mejor posible.
Años 80 y 90: importantes innovaciones
Al principio, la metalocerámica seguía siendo el material de revestimiento número uno. En los 90, los fabricantes introdujeron en el mercado las cerámicas de bajo punto de fusión, que tenían la ventaja de tener ciclos de cocción más cortos en estructuras doradas con valores altos de CET.
En 1991 apareció en el mercado la primera cerámica inyectada y comenzó la historia de éxito de la tecnología de inyección. Con ello, se dio paso a la época de las restauraciones «sin metal». En 1998 se produjo un avance en el desarrollo de materiales: la primera generación de disilicatos de litio permitió nuevas indicaciones y amplió las aplicaciones de las cerámicas inyectada. Paralelamente, se desarrolló también un innovador cristal. Gracias a su estructura, el cristal de fluorapatita permitió una reproducción perfecta de la sustancia dental, junto con una luminosidad que no se había conseguido hasta entonces. La vitrocerámica de fluorapatita proporciona incluso hoy una estética prácticamente como la de la naturaleza. Simultáneamente a las metalocerámicas, se establecieron las primeras cerámicas inyectadas, al principio para restauraciones unitarias.
De 2000 a 2015: inyección, fresado, y cerámica cada vez más monolítica
Aunque el procesamiento digital para cerámicas dentales en consulta se inició a mediados de los años 80, no fue hasta aproximadamente en 2000 cuando los laboratorios también cambiaron radicalmente de dirección hacia lo digital. Las restauraciones elaboradas digitalmente, como queda claro en la cerámica de inyección, actualmente se han convertido en punteras. La fabricación digital de cerámicas de alto rendimiento como el óxido de circonio, primero como núcleo y después también como restauración monolítica, han despertado un gran interés en los últimos años. Entretanto, existen además diferentes grados de translucidez del óxido de circonio, que también permite obtener resultados estéticos con este material.
El sistema de cerámica sin metal IPS e.max se considera una innovación pionera en el ámbito de la cerámica dental desde las innovaciones de los años 90. En 2005 llegó al mercado y, desde entonces, ha sentado nuevas bases en lo relevante a las propiedades mecánicas y ópticas. La razón es que por primera vez existe un sistema de cerámica sin metal integral modular que une materiales de alta resistencia y altamente estéticos para las tecnologías de inyección y CAD/CAM y, por ello, hace posible que estén disponibles toda clase de indicaciones, desde restauraciones unitarias hasta puentes de varias piezas. La elección del grado de translucidez depende de los requisitos clínicos de cada uno de los pacientes y de la técnica de fabricación deseada. Las restauraciones con IPS e.max se han probado clínicamente millones de veces. Por eso, no sorprende que el sistema IPS e.max y, con él, la vitrocerámica de disilicato de litio, gocen actualmente de un extraordinario éxito. Después de 25 años de cerámica inyectada, ahora es posible por primera vez inyectar pastillas de cerámicas policromáticas para elaborar restauraciones monolíticas altamente estéticas.
Una mirada al futuro: ¡sigue siendo fascinante!
Ambos tipos de cerámica, tanto la metalocerámica como la cerámica sin metal, están actualmente asentados y son una parte indispensable de la rutina del laboratorio. Un aspecto interesante es el de los ciclos cambiantes de desarrollo de estos dos materiales. Por eso, esperamos con curiosidad para saber cuáles serán las próximas innovaciones en la cerámica. ¡Sigue siendo algo fascinante!
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